Martin Creed y sus cosas



Martin Creed: Things/Cosas.
Del 15 de diciembre de 2011 al 26 de febrero de 2012.
Sala Alcalá 31 (c/ Alcalá, 31, 28014, Madrid)





El artista Martin Creed (Wakefield, 1968) es conocido por trabajos como Work No. 227: the lights going on and off en el que las luces de una habitación vacía se encienden y apagan cada cinco segundos, que le valió el premio Turner en 2001; Work No. 850: Runners donde un velocista corría por las salas de la Tate Gallery; o Work No. 247: Half the air in a given space una escultura que consiste en materializar la mitad del aire contenido en un espacio por medio de globos. La polémica y efectismo que acompaña piezas como estas, capaces de no dejar a nadie indiferente (público o crítica), le han otorgado el título de “provocador” dentro del arte contemporáneo. Sin embargo, es posible encontrar en sus obras una voluntad de reflexionar sobre algunas cuestiones acerca de la forma de crear y percibir el arte contemporáneo escondidas tras una gramática de extremada simplicidad.

Comisariada por Carolina Grau, con quien el artista ya colaboró en su primera incursión en España este verano en el MARCO de Vigo, esta es la primera gran exposición de Creed en nuestro país que intenta hacer un recorrido por su trayectoria artística de los últimos 20 años. Igual que ocurre con su banda de música, los trabajos de Creed parten de propuestas de extremada sencillez para lograr extraer significados que aluden a la naturaleza básica del objeto artístico y la forma en que nos relacionamos con él. El sentido simple y absurdo que imprime en todas sus creaciones es el verdadero motor de su obra, que se convierte en un gesto irreverente y ridículo sobre algunos de los temas en los que ha incurrido el arte en los últimos tiempos.

Por ejemplo, las acuarelas expuestas en la sala madrileña, Works. No. 1307, No. 1308 y No. 1309, están pintadas con los ojos cerrados para lograr desprenderse hasta de su propio criterio visual; o Work No. 11: Two objects, que consta de dos objetos diseñados para coger con la mano, como dos saleros, que recuerdan a cierta parte de la anatomía femenina. El proceso de crear como tema artístico se presenta en diferentes trabajos en los que se enmarcan folios escritos con fórmulas creativas que ni siquiera ha llegado a materializar, como en Work No. 150: Half of anything multiplied by two, o la misma obra que da nombre a la exposición Work No. 251: Things, un neón con la palabra escrita que se enciende y se apaga. La relación entre arte y espacio se aprecia en las grandes obras de pintura mural que inundan dos enormes paredes de la sala, pero sobre todo en Work No. 1317 donde el color rojo de las equis que decrecen alude a la bandera de la comunidad de Madrid. Pero es en el trabajo acerca de la poética de lo cotidiano donde el espectador es incapaz de contener una sonrisa cómplice cuando al comparar los tamaños de la sombra de una sucesión de clavos hundidos, descubrir el Blu-Tack como la huella de un muro, observar el movimiento de una puerta al abrirse y cerrarse ocasionalmente o el de la forma de una hoja de papel hecha una bola, no puede evitar preguntarse por el verdadero sentido artístico de esas naturalezas muertas de lo cotidiano, habitual fuente de inspiración de muchos artistas actuales. Con una selección de 25 obras que van desde 1989 hasta la actualidad se hace un repaso por los principales vértices del trabajo de Creed y su interpelación sobre la manera en que entendemos el arte. Un ejercicio muy a tener en cuenta que se aleja de sesudas propuestas y opta por una vía divertida que permite salir al visitante, al menos, con una sonrisa.


Daniel Alcaire

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