Eso no es arte, ¿o sí?

Martin Creed Things/Cosas en la Sala Alcalá 31, Madrid

Hasta el 26 de febrero de 2012

Martin Creed, nacido en Wakefield, Inglaterra en 1968, ganador del Premio Turner en el año 2001 con su obra Work No. 227: The lights going on and off (Las luces encendiéndose y apagándose) es uno de los artistas británicos más exitosos de su generación. La Sala Alcalá acoge la primera retrospectiva de Creed en España, ocasión que el artista ha conmemorado un coloquio / concierto realizado el día de la inauguración, en compañía de Carolina Grau, comisaria de la exposición.

El credo de Creed es el del arte por el arte, cosa que podemos entender a partir de su obra Work No. 143: The whole world+the work=the whole world (El mundo entero+el trabajo=el mundo entero), la cual consiste simplemente de dicha frase escrita sobre una hoja de papel. Partiendo de la negación total de cualquier efecto socio-político que pueda tener el trabajo artístico, Creed se ha sumergido desde 1987, año en que comenzó a numerar sus obras, en una investigación inspirada en interrogantes formales en torno a la naturaleza del objeto de arte, proceso que se evidencia con máxima claridad en Work No.76: Text about Work No. 74 (Texto sobre el trabajo No. 74), en la cual Creed registra todas las preguntas que le van surgiendo al crear una obra.

Quizás el mayor mérito de esta exposición es que al colocar juntas obras realizadas por Creed durante las dos últimas décadas en una variedad de medios, el proceso del artista queda evidenciado por la manera en que se manifiesta en cada uno de ellos. Además, la exposición, por ser una acumulación de exploraciones sobre la naturaleza de la obra de arte, tiene el efecto de actuar como una exploración sobre la naturaleza del comisariado y la museografía: un objeto monumental en la entrada, obras bidimensionales a lo largo de las paredes izquierdas en ambas plantas, intervenciones situacionales a lo largo de las paredes de la derecha, obras de texto durante todo el recorrido que parecen explicar el proceso, y a final la conclusión: la palabra “THINGS” (COSAS), por supuesto, en mayúsculas y en neón blanco.

El trabajo de Creed, considerado por algunos como simplista o perezoso, es blanco de frecuentes críticas y hasta protestas, como ocurrió cuando le fue otorgado el Premio Turner. Una de las cosas que más molesta a algunos es que Creed cuestiona el paradigma artísitico del refinamiento de la técnica material de cada medio, como vemos en los brochazos intencionalmente torpes de sus pinturas, la ejecución lúdica de sus esculturas y la ironía de sus textos. La sátira del artista parece extenderse incluso a una crítica del coleccionismo y el mercantilismo del arte en obras como Work No. 11 Two objects (Dos objetos), en la cual vemos dos objetos hechos de latón recubierto de cromo, semiesféricos, lisos, brillantes, que recuerdan a dos bolas de oro listas para ser comercializadas entre galeristas y coleccionistas. No es ésta, sin embargo, una interpelación agresiva del sistema del arte, sino apenas un gesto en ese sentido.

La música que ha producido Creed desde 1994 con su banda Owada sigue una lógica similar a la de su trabajo visual: canciones sencillas con letras conceptuales como: “1,2,3,4…”. Son otro giro al gesto sencillo y burlón que ha realizado el artista a lo largo de toda su producción, mediante la cual indudablemente logra establecer un punto de partida para la discusión de qué es y cómo funciona una obra de arte. Así entabla Creed un diálogo, si no con toda la gente, como frecuentemente dice es su propósito, sí con la gente del arte.

Por Franklin Cordido

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