M-U-N-T-A-D-A-S

MUNTADAS. ENTRE/BETWEEN.
MNCARS. 23 noviembre 2011 – 26 marzo 2012.

En los años 90 las instituciones artísticas llegaron a catalizar casi todas las estrategias contemporáneas de juego. En cierta manera ya no eran únicamente objeto de crítica, sino un objeto necesario para la crítica. Este matiz nos permite entender el proceso de entropía y reorganización de los agentes artísticos en la actualidad. Y en particular la reconversión de las funciones del museo contemporáneo.
En esta nueva realidad se mueve Antoni Muntadas (Barcelona, 1942). Su figura septuagenaria no necesita parafernalia en su presentación. La trayectoria de este artista está avalada por el Center for Advanced Visual Studies del MIT (1977-84), así mismo por su presencia en el MOMA, y en la mítica Documenta 6. A la luz de esto, resulta fácil entrever las posibilidades discursivas de la realidad en la que se mueve.
En este caso, ha planteado una sola obra site-specific para la ocasión. Situación 2011, se incrusta en un lugar de tránsito, no sólo físico (Nouvel-Sabatini), sino en un estadio intermedio entre la percepción y la lógica del lenguaje. Si bien esta obra se remonta a 1988, ha llovido en estos veintitrés años lo suficiente como para que la propia institución nazca y sufra una ampliación arquitectónica cuanto menos problemática. Y lo que es más, su programa ideológico se reformuló por completo bajo la nueva dirección de Borja-Villel. Tras esto, ¿se puede seguir pensando la relación entre artista y museo en términos de sabotaje y desencuentro? Los videos proyectados en esta obra se caracterizan por una absoluta indiferencia entre lo artístico y su contexto, que se examinan mutuamente con una distancia imprevisible ¿Y a caso no es la misma distancia que se necesita para la reflexión en frío?
En esta ocasión su obra no se muestra como una visión retrospectiva de conjunto, deshecha las secuencias cronológicas, y permite recrear un itinerario casual y variable de constelaciones temáticas. Sin embargo el espectáculo es una columna vertebral que recorre su producción más reciente. En Architektur/Räume/Gesten (1991), a través de un montaje de fotografías se analiza la cinésica política, la arquitectura, y los espacios asociados a modelos de conductas sociales. Todo esto mediante un perverso entramado de similitudes estrictamente formales de diferentes esferas de poder.
A finales de los setenta Muntadas acuñó el concepto de media landscape. Las obras que orbitan en torno a los flujos de información de los media son curiosamente las que más se acercan al situacionismo; tanto en su activismo como en sus postulados estéticos. La televisión (1980), una proyección de imágenes estáticas y sonidos, sobre un televisor apagado e invirtiendo el rol de la emisión-recepción habitual, debe bastante a Guy Debord y su sencilla técnica de montaje textual.
La constelación Esferas de espectáculo rearma o desarma, según, los macro-eventos deportivos y sus implicaciones en el discurso de las políticas culturales y sociales. La lectura de esta instalación (Stadium XV, 1989; On Translation: Die Stadt, 1999-2004), la que usa los recursos dramáticos con mayor grandilocuencia, se mueve entre una ilustración del mundo y su crítica. Depende si uno mira desde el punto de vista de la ilusión o de la alusión, nos dice el propio autor. El museo es la estrategia artística per se. Por un lado es una entidad real y autónoma; por otro lado constantemente alude a otras entidades, los estados deportivos por ejemplo. “Un edificio no es un fin en sí mismo” nos dice, “la función del artista es la de apropiarse los espacios intersticiales del pensamiento”.
Dentro de Sistemas del arte, en Espacio/Situación (1975) no hay nada más que la premeditada asepsia del cubo blanco. Esta retórica de la ausencia nos extraña en la medida que podemos seguir identificando el ámbito expositivo exento de cualquier contenido físico o simbólico.
Mientras que en las constelaciones Microespacios y El archivo, se analizan modos de percibir, ordenar, y expresar territorios de la privacidad y de la memoria. El trabajo se basa en una total digestión de la información, mediante la disociación de texto e imagen (Political Advertisement, 2004); en otras obras relacionadas, las la presencia de la realidad inmediata se enfrentan a las evidencias de los bancos de imágenes históricas (Media Monuments, 2007).
Y es que ya se habrá notado que este catálogo necesita digerirse de forma dosificada. Sólo así se pueden totalizar una visión de conjunto que define el entre/between. En éste espacio intermedio en el que uno no se puede llegar a sentir cómodo, ni puede esperar indicaciones precisas que le guíen en el desierto de lo real, se establecen nuevas reglas del juego. La delicada línea que separa el hecho artístico del hecho político-económico define nueve constelaciones, cada una de ellas una rama puntual dentro de una investigación que se va formulando y refutando in situ. El espectador que se adentre en este universo debería mantener la actitud literal de un traductor ¿qué vemos en esta acción aquí y ahora? De lo contrario, puede diluirse como un paseante entre los mensajes asfixiantes de la cotidianeidad.

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