INTERMEDIA



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Carmen Gaitán Salinas
Muntadas. Entre/Between. MNCARS, Edificio Sabatini, Santa Isabel, 52. Madrid. Del 23 de noviembre de 2011 al 26 de marzo de 2012.
Entre/Between es un título cuanto menos ambiguo. Tan ambiguo como pueda serlo la exposición a la que suscribe, la cual no constituye una retrospectiva del artista, ni tan siquiera adquiere una organización cronológica. Supone una recopilación de obras diversas, tanto en temas como en lenguajes, bajo el punto de vista de lo que está “en medio”, de lo que no pertenece ni a un ámbito ni a otro. Por ello, las piezas de Antoni Muntadas (Barcelona 1942) se distribuyen en las Sala de Protocolo y nueve salas expositivas, comisariadas por Daiana Augaitis, que versan sobre diferentes asuntos –“Microespacios”, “Paisaje de los Media”, “El archivo”, etc.- algunos de cuyos subtítulos pertenecen a antiguas exposiciones como La construcción del miedo en el Centro Atlántico de Arte Moderno (2008).
La exposición, coincidente con Muntadas: Between de Frames en el MACBA, viene a desarrollar las principales preocupaciones e ideas de la producción del internacional artista catalán, pues en ella se ponen de relevancia el uso y consumo de los media, algo que experimentó por primera vez con la televisión en Polución audiovisual (1972) dentro de los Encuentros de Pamplona, tras las intervenciones internacionales de Nam June Paik (TV chair, 1968) y de Douglas Davis (Images from the Present Tense I, 1971); además de interesarse por el hiperconsumismo y el avance de la tecnología.
Pero esta concepción expositiva coincide, en cierto modo, con una muestra anterior. En 1988 se celebró en el MNCARS la exposición Híbridos donde se pretendía exhibir la amplitud de visión y diversidad de intereses y medios en la obra de Muntadas, quien ha participado en el Pompidou de París o en el MoMA de Nueva York, desde un punto de vista difuso, la hibridación, lejos de caer en la tradicional retrospectiva. Es por ello por lo que se incorpora a Entre/Between la intervención site-specific Situación 2011, emplazada en las entreplantas del edificio Nouvelle, lo que supone un esfuerzo por parte del visitante, como una reactivación de Situación 1988. Se pretende hacer reflexionar sobre el museo, como institución primordial del sistema del arte, y la arquitectura, como lugar que interfiere y que enmarca al individuo.
A menudo se ha calificado a Antoni Muntadas, residente en Nueva York desde 1971, de “conceptual y de vídeo”, tal y como cita Eugeni Bonet, uno de sus principales críticos. Y es que desde que abandonara la pintura de comienzos de los años 60 y se interesara por las prácticas artísticas más innovadoras –intervenciones, vídeos, acciones-, afines a colectivos como el Grup de Treball, su obra va a adquirir un lenguaje multidisciplinar, aunque no solamente conceptual, que recoge un amplio abanico desde la fotografía con o sin cajas de luz, Media Eyes (1980), pasando por lo propiamente documental, Emissiò (1975) u Hoy, proyecto a través de Latinoamérica (1975-1976), hasta llegar a las llamativas instalaciones audiovisuales donde a veces el espectador participa activamente o deambula en derredor contemplando las imágenes, Personal/Public (1980), Confrontations (1974) y On traslation: El aplauso (1999); todo un media landscape, como él lo denominó, expuesto ahora en el MNCARS.
Los intereses del artista quedan claramente expuestos. Entre ellos destaca la función educativa del arte pues, en palabras del propio Muntadas, “tener una idea clara de cómo nos manipulan las representaciones es imprescindible para sobrevivir en el mundo posmoderno”. De ahí que utilice imágenes de la cultura de masas y del consumo, del poder religioso o político. Un ejemplo es la instalación The Board Room (1987), una sala de juntas con cuadros de personalidades poderosas en marcos dorados, luces individuales y pequeñas pantallas de TV con imágenes filmadas del individuo en cuestión a las que se contraponen palabras esenciales de su discurso. La obra se completa con la moqueta de la estancia cuyo olor a rancio –casi asfixiante- podría recordar las instalaciones de fieltro de Beuys y la idea del artista de los subsentidos, esto es, la implicación de otras percepciones además de la vista y el oído.
La dinámica y entretenida exposición, de un largo recorrido atiborrado de obras, adquiere así un carácter efectista acentuado precisamente por la acumulación de piezas de gran formato, Stadium XV (1989-2011), y por el uso de la luz y del sonido, algo que sin duda atraerá a todo público, a diferencia de otras muestras documentales anteriores, como si de un parque temático se tratara. Un sonido, el de la cultura popular, que contribuye a esa misma sensación de agobio desde nuestro inicio con la poética imagen de Diálogo (1980). Quizás esos efectos se deban a ese empeño por representar el mundo del consumo y la tecnología que tanto hacen reflexionar al artista, un mundo que no es ya ni público ni privado, sino que está en medio, en el intersticio de la vida de cualquier espectador.

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